Reseña ┊ Todo lo que Nunca Fuimos ┊ Alice Kellen

Alice Kellen ┊ Editorial Planeta ┊ 352 páginas┊ 16'05 €
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Leah está rota. Leah ya no pinta. Leah es un espejismo desde el accidente que se llevó a sus padres.

Axel es el mejor amigo de su hermano mayor y, cuando accede a acogerla en su casa durante unos meses, quiere ayudarla a encontrar y unir los pedazos de la chica llena de color que un día fue. Pero no sabe que ella siempre ha estado enamorada de él, a pesar de que sean casi familia, ni de que toda su vida está a punto de cambiar.

Porque ella está prohibida, pero le despierta la piel.

Porque es el mar, noches estrelladas y vinilos de los Beatles.

Porque a veces basta un «deja que ocurra» para tenerlo todo.

'Todo lo que Nunca Fuimos' es algo más que una novela romántica. Ya ha sido aclamada numerosas veces por otros lectores, a pesar de su aparente sencillez. En nuestro afán por no caer en los tópicos, este hecho puede llevar a que todos aquellos que lleguen de nuevas sientan la tentación de retractarse a la hora de leerlo. Voy a dirigirme a todas esas personas con el fin de que no pierdan la oportunidad de leer este precioso libro.

"Había puesto el tocadiscos y, no sé por qué, pensé que los acordes de la canción se habían enredado en su pelo y la habían empujado hacia la terraza paso a paso, nota a nota."

Si aún no has leído 'Todo lo que Nunca Fuimos', te aseguro que la agilidad con la que la autora narra la historia te enganchará desde la primera página. El formato con el que divide cada capítulo hace que sea extremadamente sencillo de leer. Además, su versión física es realmente cómoda, ya que se trata de un libro no demasiado grande y flexible. Sin embargo, lo que más ayudará a que esta historia te envuelva por completo, es sin duda su contenido.

Esta preciosa historia refleja con exactitud el sentimiento de apatía que sufre una persona cuando cree que ya no le queda absolutamente nada más por perder. Habla sobre lo triste que puede llegar a ser observar la felicidad desde la lejanía, como si fuera un sentimiento que jamás llegó a pertenecernos. Trata sobre la lucha de un corazón roto contra los colores; todo aquello que hace el mundo brillar se desmorona para dejar paso a una escala de grises de la que la persona no es capaz de escapar. En este caso, hiela los huesos la manera en la que Leah, la protagonista, se refugia en la oscuridad de su mundo para negarse a aceptar que este continúa girando después del terrible suceso en el que se ve inmersa.

"Me preguntaba si la tristeza o el dolor eran sentimientos instintivos o si nos habían inculcado cómo debíamos dirigir ese trance".

El segundo personaje principal, Axel, también experimenta un avance precioso de ver durante la historia. Él, a pesar de ser mucho más mayor que Leah, evoluciona y se fuerza a sí mismo a conocer los pensamientos de la chica. Se adentra en su mundo y le obliga a salir de él —tal vez a veces con demasiada insistencia, no sé hasta qué punto esto sería saludable en una relación real—. Axel se enamora de ella en todas sus facetas, tal y como debería forjarse cualquier historia de amor. Tanto la alegría y energía que echa de menos en ella, como su lado más misterioso y callado. Axel es capaz de expresarse y transmitir "nadie es perfecto, y eso es precisamente lo bonito de ser humano" con cada una de sus palabras. 

Además de la evolución de Axel durante la novela, debo recalcar algo que me ha encantado sobre este personaje. Una de las características que hace a este personaje tan real que casi parece que puedes escucharle hablar a tu lado mientras lees, es la historia de sus sueños perdidos. Axel tenía un sueño, pero se vio incapaz de cumplirlo por falta de inspiración, forzado a dedicarse a otra cosa. ¿No resulta algo extremamente familiar? Casi me escuché a mí misma hablar en ese momento en el que Axel confiesa que tiene un bloqueo, que no es capaz de expresar lo que él quiere, y que, para expresar algo sin valor, mejor no expresar nada. Esta faceta de Axel es la que terminó de hacer que me encariñara por completo de él.

Por otra parte, y a pesar de que soy consciente de que a muchos lectores no les gustan los flashbacks, no puedo hacer otra cosa que aplaudir los de este libro. No solo te ayudan a conocer mucho mejor los sentimientos de los personajes, sino también la relación que tenían con esos personajes que, desgraciadamente, ya no están con ellos en la actualidad. Son capítulos cortos y concisos que incluyen partes de la vida pasada tanto de Leah como de Axel, pero que considero muy necesarios para entrar en su historia por completo. Si no le he concedido la nota máxima es porque considero que la manera de narrar de la autora es a veces tan simple que resulta, de alguna manera, un poco menos madura: 

"Quizá porque la echaba de menos. Quizá porque me había acostumbrado demasiado a compartir cada instante a su lado. Quizá porque sabía que en unos días todo podía cambiar."

Esa estructura en el que el principio de la frase se repite una y otra vez es, sin duda, muy bonita. Además, enfatiza los sentimientos del personaje. Sin embargo, es tan repetitiva que, cuando te das cuenta de que no deja de estar presente, termina por cansar. Se incluye hasta en la sinopsis del mismo libro. Se utiliza para describir los sentimientos de Leah. Y los de Axel. Se utiliza indistintamente para cerrar finales de manera sencilla, y bonita, pero que termina irritando... tristemente.

Sin embargo, para concluir, leer esta novela ha sido una experiencia inolvidable para mí. No puedo esperar a leer la segunda parte, aunque ya se sabe qué se dice sobre las segundas partes...

"Hay puntos finales que se sienten en la piel."

4'5 / 5